Nuestro mundo diferente

Pequeño blog personal relacionado con el coaching, inteligencia emocional, psicología, motivación, etc…


Deja un comentario

Propósitos de año nuevo

¡Feliz 2018 a todos!

Sé que he abandonado mucho esto últimamente, pero el blog aun no ha acabado, también es verdad que durante este nuevo curso subiré menos entradas, pero no quiero dejar plantados a mis seguidores, por tanto de vez en cuando seguiré subiendo cosas y ojala pueda volver al ritmo de antes.

Para empezar, me gustaría subir un vídeo para renovar nuestras fuerzas a principio de año, afianzar nuestros propósitos y lograr nuestras metas:

No tengas miedo a fracasar este año, a veces es mejor dar un paso atrás para avanzar 2, y este 2018 es el año en que nos acercaremos más a nuestros sueños.


Deja un comentario

Danielle

El nuevo anuncio de lotería de Navidad ya llegó y esta vez de la mano de Alejandro Almenábar.

Porque con el frio que está llegando a toda la península se va acercando estás esperadas y deseadas fechas con todas los cosas buenas que llevan detrás: Alegría, familias, tradiciones, reuniones…

Porque, ¿Qué probabilidades hay de que te toque la lotería? ¿Y de encontrar al amor de tu vida? 


Deja un comentario

La enfermedad de estar ocupado

 

Hace unos días me encontré con una buena amiga. Me detuve para preguntarle qué tal le iba y saber cómo estaba su familia. Puso los ojos en blanco, miró hacia arriba y en voz baja suspiró: “Estoy muy ocupada… muy ocupada… demasiadas cosas ahora mismo.”

Poco después, le pregunté a otro amigo y le pregunté qué tal estaba. De nuevo, con el mismo tono, la misma respuesta: “Estoy muy ocupado, tengo mucho que hacer.”

Se le notaba cansado, incluso exhausto.

Y no sólo nos pasa a los adultos. Cuando nos mudamos hace diez años, visitamos a uno de nuestros amables vecinos y les preguntamos si nuestras hijas podrían conocerse y jugar juntas. La madre, una persona realmente encantadora, cogió su teléfono y empezó a mirar la agenda. Pasó un rato deslizando la pantalla y al final dijo: “Tiene un hueco de 45 minutos en las próximas dos semanas. El resto del tiempo tiene gimnasia, piano y clases de canto. Está muy ocupada.”

Los hábitos destructivos empiezan pronto, muy pronto.

¿Cómo hemos terminado viviendo así? ¿Por qué nos hacemos esto a nosotros mismos? ¿Por qué se lo hacemos a nuestros hijos? ¿Cuándo se nos olvidó que somos “seres” humanos y no “haceres” humanos?

¿Qué pasó con el mundo en el que los niños se ensuciaban con barro, lo ponían todo perdido y a veces se aburrían? ¿Tenemos que quererlos tanto como para sobrecargarlos de tareas y hacerles sentir tan estresados como nosotros?

¿Qué pasó con el mundo en el que podíamos sentarnos con la gente que más queremos y tener largas conversaciones sobre nosotros mismos, sin prisa por terminar?

Esta enfermedad de estar “ocupado” es intrínsecamente destructiva para nuestra salud y bienestar. Debilita la capacidad de concentrarnos completamente en quienes más queremos y nos separa de convertirnos en el tipo de sociedad que tan desesperadamente clamamos.

Desde los años 50 hemos tenido tantas innovaciones tecnológicas que nos prometimos hacer nuestras vidas más fáciles, más rápidas, más sencillas. Aun así, hoy no tenemos más tiempo disponible que hace algunas décadas.

Para algunos de nosotros, las líneas entre el trabajo y la vida personal desaparecen. Siempre estamos con algún aparato. Todo el tiempo.

Tener un smartphone o un ordenador portátil significa que deja de existir la división entre la oficina y nuestra casa. Cuando los niños se van a la cama, nosotros nos conectamos.

Una de mis rutinas diarias es revisar una avalancha de correos. Estoy constantemente enterrado bajo cientos y cientos de correos, y no tengo ni la más remota idea de cómo detenerlo. He intentado diferentes técnicas: respondiendo sólo por las mañanas, no respondiendo los fines de semana, diciéndole a la gente que nos comuniquemos cara a cara… Pero siguen llegando, en cantidades ingentes: correos personales, correos del trabajo, incluso híbridos. Y la gente espera una respuesta a esos correos. Ahora, resulta que quien está demasiado ocupado soy yo.

En muchas culturas musulmanas, cuando quieres preguntarle a alguien qué tal le va, dices: en árabe, ¿Kayf haal-ik? o, en persa, ¿Haal-e shomaa chetoreh? ¿Cómo está tu haal?

¿Qué es ese haal por el que preguntas? Es una palabra para preguntar por el estado transitorio del corazón de uno. En realidad preguntamos “¿Cómo está tu corazón en este momento exacto, en este mismo suspiro?

No pregunto cuantas cosas tienes por hacer, no pregunto cuántos correos tienes pendientes de leer. Quiero saber cómo estás en este preciso momento. Cuéntame. Dime que tu corazón está contento, dime que tu corazón está dolorido, que está triste y que necesita contacto humano. Examina tu propio corazón, explora tu alma y después cuéntame algo sobre ambos.

Dime que recuerdas que sigues siendo un ser humano, no sólo un “hacer” humano. Dime que eres algo más que una máquina completando tareas. Ten esa charla, ese contacto. Ten una conversación sanadora, aquí y ahora.

Pon tu mano en mi hombro, mírame a los ojos y conecta conmigo por un segundo. Cuéntame algo sobre tu corazón y despierta al mío. Ayúdame a recordar que yo también soy un ser humano pleno que necesita contacto con otros humanos.

De alguna forma, necesitamos un modelo diferente de reorganización individual, social, familiar y humanitario.

Quiero que mis hijos se ensucien, que lo ensucien todo y que incluso se aburran. Quiero que tengamos un tipo de existencia en el que podamos detenernos por un momento, mirar a otras personas a los ojos, tocarnos y preguntarnos mutuamente ¿cómo está tu corazón hoy?

Déjame insistir en un tipo de conexión humano a humano en la que cuando uno de nosotros responda “Estoy muy ocupado”, podamos responder “Lo sé. Todos lo estamos. Pero quiero saber cómo está tu corazón.”

Omid Safi

Necesitamos más momentos de calidad, con la pareja, amigos, familia… no momentos de estar juntos y estresados o compartir salas sin a penas mirarnos y mucho menos hablarnos. Y cuando lo hacemos, suele ser sobre temas actuales pero banales .

Estamos necesitados de más momentos de aburrirnos juntos. Tenemos la necesidad de relajarnos compartir mas miradas, suspiros o imágenes. Hay que bajar el ritmo para llegar a dentro de un mes, un año o el final (que no es otro que la muerte) y disfrutar del ahora, del nosotros.

No hay nada más urgente que el hoy, el ahora. Porque si seguimos mirando el mañana y resolver todo antes de que llegue, cuando llegue el momento ya no será un mañana, sino un hoy, y no pensaremos en él, sino en el después.